lunes, 18 de febrero de 2013

Los locos de Turrruncun.

El fin de semana del 8 9 y 10 de Febrero y coincidiendo con un curso que impartía José B. Ruiz en la localidad riojana de Arnedo, nueve miembros de Canonikos que asistimos al mismo nos acercamos hasta este pueblo abandonado a realizar unas nocturnas y a pasar un buen rato. Llegamos a la localización bien entrada la noche y tras las primeras vueltas para localizar el pueblo en medio de la oscuridad finalmente localizamos sus edificios en ruinas gracias a las linternas. Decir que esa noche había luna nueva y la oscuridad en ese lugar, elevado y con escasísima contaminación lumínica era total. A pesar de la nubosidad que había estado reinando durante todo el fin de semana Turruncun nos recibió con sus mejores galas. Un cielo completamente despejado y libre de luces parásitas invitaban a fotografiar aquel olvidado lugar durante la noche, realmente era una gozada poder observar el firmamento de esa manera. Privilegio que raramente se tiene hoy en día, acostumbrados a vivir entre farolas y que nos privan del placer de mirar al cielo en una noche despejada.
Tras plantarnos todos frente a la iglesia y estar un buen rato discutiendo sobre la iluminación a utilizar y los parámetros de la toma pudimos tomar las primeras imágenes del lugar. Para esta toma se encargaron de la iluminación los compañeros Pablo que se encargó de la lana de acero y de iluminar la estancia de la parte izquierda con linterna azul y Sergio Gardoki que fue el que ilumino la parte de la derecha con varios destellos de flash ayudado de gel naranja para compensar el balance frío de cámara.




Después de iluminar la escena se dejó abierto el obturados durante doce minutos para captar trazas de estrellas y dibujar la circumpolar sobre el motivo. A pesar de estar disparando a ISO 320 durante tanto tiempo las fotografías salieron con un ruido mínimo debido a las bajas temperaturas. Tras realizar alguna otra toma con diferentes iluminaciones nos dividimos en varios grupos para seguir descubriendo los rincones que nos ofrecía el lugar. Jesús, Jon y yo nos quedamos en la misma zona y estuvimos experimentando exposiciones cortas de 30 segundos junto con isos altos para captar el cielo estrellado que teníamos sobre nosotros.


 


Yo me dedicaba a iluminar correteando con la linterna de un sitio a otro mientras Jon y Jesús disparaban las cámaras. Tras varias tomas decidimos cambiar los parámetros y dejar las cámaras exponiendo durante 15 minutos para buscar nuevamente las trazas y darle un aire irreal a la escena. La noche era fría y eso se notaba en las baterías que debido a la temperatura y a las largas exposiciones se resentían bastante.
Tras cambiar la batería decidimos ir a probar suerte desde un alto que hacia las veces de mirador y desde el que se divisaba la mayor parte del pueblo coronado por la alta torre de la iglesia.
Después de buscar un lugar para plantar los trípodes y un encuadre de nuestro gusto empezamos a disparar. En esta ocasión decidimos incluir al compañero Jesús en la toma, que ayudado de una linterna dibujo una estela de luz en el cielo mientras yo me dedicaba a iluminar con linterna el resto de la escena. En esta ocasión Jon era el encargado de activar todas las cámaras.






Más tarde se nos junto el resto de la expedición y estuvimos otro buen rato tomando fotos hasta que el frío y las baterías nos hicieron abandonar el lugar. Ese día nos metimos a la cama sobre las cuatro de la mañana y pasamos algo de frío (algunos más que otros) ya que a mi con las carreras que me pegue con la linterna al final me sobraba toda la ropa :-)
Sin duda una noche fantástica en un lugar fantástico y en inmejorable compañía, que más se puede pedír?